Injertos Óseos
Algunas de las razones por las que el hueso maxilar o la mandíbula puede estar débil o puede ser de baja calidad es porque influyen factores externos tales como: enfermedad, algún trauma deformidad en desarrollo o los procedimientos dentales previos.
El tener una estructura ósea sana es crítico para la retención de dientes, en conjunto con una buena higiene dental y razones estéticas. Cuando hay falta de hueso o su calidad es demasiado baja, los dientes no pueden cumplir su función ni sentirse o verse como deberían, inclusive puede causar su perdida. Cuando se pierde un diente, el área facial eventualmente va perdiendo su forma, esta es una gran preocupación para muchos pacientes. Es por eso que los injertos óseos son de tanta utilidad y nosotros somos los expertos en el tema.
El injerto óseo es el reemplazo o aumento de una porción de hueso. Es un procedimiento quirúrgico que en muchas ocasiones su utiliza para contrarrestar la pérdida o reabsorción de hueso que puede ser causado por la pérdida de un diente, algún trauma, por alguna enfermedad o debido a dentaduras con mal ajuste y para preparar el injerto de implantes dentales. El injerto óseo es un procedimiento que no dura más de una hora y puede hacerse con anestesia local o sedación.
Cuando el injerto óseo se implanta en la mandíbula, no llena simplemente el vacío en el hueso sino que también ayuda a promover hueso nuevo en ese lugar. Cuando el implante es exitoso, el injerto puede restaurar tanto la altura como el ancho de la mandíbula. El injerto óseo es colocado con material que proviene de un “banco de hueso”. Es un procedimiento que te ayuda a fijar implantes dentales cuando el hueso de tu mandíbula se retrae y no es suficiente.